Tarea Vida: para ahora y para el futuro

Con la convicción de que constituye una prioridad y una responsabilidad para con el presente del país y las futuras generaciones, el parlamento cubano analizó el Plan de Estado para el enfrentamiento al cambio climático denominado «Tarea Vida», y que está inspirado en el pensamiento del Comandante en jefe Fidel Castro Ruz, según destacó Elba Rosa Pérez Montoya, ministra de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma).
De acuerdo con la ministra, este plan de Estado identifica las áreas y zonas del país donde resulta más urgente actuar, en aras de propiciar la recuperación de playas y costas, mitigar los efectos de las frecuentes sequías, entre otros aspectos.
«El plan es integral y recoge los pasos ordenados de acuerdo con las prioridades de las acciones tanto a corto plazo (año 2020), a mediano plazo(2030), a largo plazo(2050) y a más largo plazo(2100), que incluye definir económicamente los recursos que se necesitan», precisó.
Ello incluye, agregó, asegurar e implementar una base jurídica que contempla la actualización de la Ley 81 del Medio Ambiente y un nuevo decreto para la protección de las zonas costeras.
Pérez Montoya significó el gran número de científicos e investigadores que año tras año han estado pendientes de las vulnerabilidades y desafíos que el cambio climático impone a nuestro país.
Ratificó que la principal amenaza que enfrenta Cuba es el ascenso del nivel medio del mar, en tanto se estima este suba unos 27 centímetros para el año 2050, y 87 centímetros para el 2100, lo cual trae como consecuencia la disminución de la superficie terrestre y lasalinización de los acuíferos subterráneos.
La sobreelevación del nivel del mar se erige entonces como la amenaza fundamental, por el peligro que representa ante el paso de huracanes y eventos meteorológicos extremos que provoca serias inundaciones costeras y la destrucción del patrimonio natural y construido cercano a la costa.
La temperatura media anual en Cuba, trascendió en la presentación, se ha incrementado en 0,9 grados Celsius, mientras el nivel del mar ha subido una media de 6,7 centímetros desde 1966, con un aumento acelerado en los últimos cinco años.
Se destacó que el cambio climático afecta particularmente a 119 asentamientos humanos, de los cuales 20 se prevé que desaparezcan para el año 2100. Asimismo, el 82 % de las playas arenosas en el país se encuentran erosionadas, es palpable el deterioro de las crestas de coral en varias zonas del país, y el retroceso de la costa como promedio de 1,2 metros por año.
De acuerdo con la ministra del Citma, la Tarea Vida contempla cinco acciones estratégicas encaminadas al ordenamiento de los asentamientos costeros y las tierras de uso agropecuario amenazadas, y 11 tareas priorizadas.
Entre estas últimas mencionó la necesidad de identificar y acometer acciones y proyectos de adaptación al cambio climático, de carácter integral y progresivo, necesarios para reducir la vulnerabilidad existente en 15 áreas identificadas, vitales para el abasto de agua, la producción agropecuaria o la actividad del turismo, entre otros aspectos.
El Surde las provincias de Artemisa y Mayabeque, el litoral norte de La Habana, el poblado de Guanabo y la cresta de arrecifes que colinda con la provincia de Mayabeque, la propia bahía de la capital y sus cuencas tributarias, la Zona de Desarrollo Especial del Mariel, Varadero con sus corredores turísticos, el litoral de la bahía de Cárdenas, los cayos turísticos de Villa Clara, el corredor turístico de la ciudad de Caibarién, los cayos del Norte de Ciego de Ávila, otras costas del Norte y Sur del archipiélago con particular importancia por la sensibilidad de los acuíferos subterráneos abiertos al mar, la zona costera del norte de Camagüey, el Polo de Santa Lucía, la ciudad costera de Nuevitas, el litoral norte de Holguín, la bahía de Santiago de Cuba, las ciudades costeras de Manzanillo y Niquero, sobresalen entre las áreas identificadas como de riesgo.
Asimismo, se mencionaron otros 13 asentamientos costeros de menores dimensiones, de los cuales se estima que nueve desaparezcan antes del 2050, la carretera Santiago-Pilón, vulnerable ante la elevación del mar, diez playas arenosas que también desaparecerían y otras áreas costeras extensas desprotegidas y sometidas al proceso de intrusión salina.
Los esfuerzos, las medidas y los procesos ingenieros para la adaptación y mitigación de los efectos del cambio climático, se concentrarán en 73 de los 168 municipios del país, en 63 de los 93 asentamientos costeros y en diez de los 75 no costeros.
Las acciones incluyen, según el plan, la recuperación integral a corto plazo de 35 playas arenosas de uso turístico y protección costera para el 2020 y otras 56 hacia el año 2050. Del mismo modo la siembra y recuperación de 3 157 hectáreas de mangle, y otros proyectos como las obras del malecón habanero, la reubicación de instalaciones en la bahía de la Habana, la recuperación de crestas de arrecife de coral, la construcción o mantenimiento de diques y obras complementarias para la protección de los acuíferos costeros en las provincias de Artemisa y Ciego de Ávila, el reordenamiento de 20 asentamientos, el desarrollo de obras ingenieras para la sostenibilidad de la ciudad de Santiago de Cuba, así como obras ingenieras de la autopista nacional, entre otros numerosos proyectos.
La ministra del Citma, puntualizó que este plan a corto, mediano y largo plazo tiene la proyección de entregar a las generaciones que sucedan, un compromiso.
Enfrentar las indisciplinas costeras y atender los lugares afectados por la contaminación, asegurar la continuidad de este plan, cuyas prioridades no son inamovibles, educar a la población, en especial a la que vive en las costas, son tareas de primer orden. «Llegar a todos, sensibilizarlos, educarlos, pero sin perder el rigor y la exigencia de lo que está regulado», concluyó.
La diputada Ofelia Miriam Ortega, señaló a los parlamentarios que Tarea Vida es una excelente guía para el cuidado armonioso de las playas, los ríos, las tierras y vidas humanas. Sugirió que esta información sea puesta a disposición de los maestros y el sistema educacional para que se preparen materiales didácticos que enseñen a niños y niñas, adolescentes y jóvenes a participar activamente en la salvación de la especie humana.
«Que sea conocido además por los pueblos del mundo, que se presente en el foro de Sao Pablo, pues mientras el imperio dice No al acuerdo de París, Cuba dice Sí, porque queremos que los cubanos y cubanas tengan vida saludable y abundante, como siempre hemos soñado», dijo.
Por su parte la diputada Reina Rodríguez, de Villa Clara manifestó la necesidad de trabajar de una manera cohesionada con todos los organismos. Ejemplificó que en su provincia se le dedica de la reserva del presupuesto, más de dos millones de pesos a mitigar los efectos del cambio climático.
“Urge llevar a todos el conocimiento de las consecuencias que traen para Cuba las amenazas del cambio climático, máxime cuando somos un país subdesarrollado. Nuestro líder siempre previó tanto el futuro. Debemos recordar cuando dijo: desaparezca el hambre y no el hombre. Es una cualidad de esta revolución cubanísima atender primero, y ante todo, los seres humanos. Él nos enseñó eso. Nos vamos de esta sesión con la gran responsabilidad que nos toca», subrayó.
El diputado Andrés Castro, puntualizó que la Constitución de la República, en su artículo 27, reconoce la importancia del vínculo del desarrollo económico y social para asegurar la supervivencia; una razón más para proponer a los diputados el respaldo decidido a la Tarea Vida.