Cuba y su compromiso con la protección de la Capa de Ozono

La Asamblea General de la ONU seleccionó el 16 de septiembre para la celebración del Día Internacional para la preservación de la capa de ozono, en coincidencia con la firma del Protocolo de Montreal, en esa ciudad, la mayor de la provincia de Quebec, en Canadá, del cual Cuba es firmante desde 1992, al igual que de su Enmienda de Kigali, capital de Ruanda.

La Enmienda de Kigali al Protocolo de Montreal tiene como objetivo reducir gradualmente la producción y el consumo de hidrofluorocarbonos (HFC), poderosos gases que contribuyen al calentamiento del clima.

Entró en vigor el 1 de enero de 2019, cuando Cuba depositó el instrumento de ratificación al eliminar paulatinamente los HFC, mientras continúa la preservación de la llamada sombrilla que protege de las radiaciones ultravioletas del Sol.

Cuba fue el primer país en vías de desarrollo en el mundo en eliminar el uso del bromuro de metilo de la actividad agrícola.  Esto implicó la erradicación total del consumo de esta SAO (Sustancia Agotadora del Ozono) en los semilleros de tabaco. Para ello se introdujeron alternativas con métodos biológicos para el control de plagas e innovaciones tecnológicas para la protección de las posturas de tabaco ante el ataque de hongos y organismos dañinos. Por otro lado, esta Sustancia Agotadora del Ozono dejó de usarse en la fumigación de cultivos protegidos como hortalizas, café y plantas ornamentales.  

El país ha introducido alternativas más seguras para sustituir las SAO, como los refrigerantes naturales como el hidrocarburo, el amoniaco y el CO2, como parte de proyectos que no dañan la capa de Ozono ni provocan calentamiento atmosférico.

Nuestro Archipiélago entró en 2021 en la fase final del programa destinado a la eliminación paulatina de los hidroclorofluorocarbonos, gases ampliamente utilizados en la refrigeración y la climatización, que no solo dañan la capa de ozono, sino que también contribuyen al calentamiento global

El país logró la completa sustitución del gas refrigerante R-141b en la producción de espumas de poliuretano, y ello se traduce en dejar de emitir elevadas cantidades de dióxido de carbono a la atmósfera, expuso el Doctor Espinosa, quien destaca que es un logro a partir del proceso de reconversión tecnológica en cinco fábricas clave.

Además, se logró eliminar totalmente los CFC en la refrigeración doméstica y comercial, agregó, y se han sustituido estos compuestos en la fabricación de aerosoles farmacéuticos.

Cuba colabora con organismos internacionales en la protección de la capa de ozono. El fondo Multilateral del Protocolo de Montreal, el programa de Naciones Unidas para el desarrollo, el PNUMA, la Agencia GIZ de Alemania, entre otras,  son parte de un largo proceso para la ejecución de estos proyectos Internacionales.

La Unidad Técnica del Ozono (OTOZ) de Cubaenergía, perteneciente a la Agencia de Energía Nuclear y Tecnologías de Avanzada (Aenta), mediante su gestión y divulgación contribuye a los objetivos de desarrollo sostenible.

La OTOZ fomenta, además, una campaña de divulgación y concientización pública, adjunta a Cubanergía, de la Agencia de Energía Nuclear y Tecnologías de Avanzada, adscrita al Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente.

Especialistas indican que el desafío fundamental de Cuba en este tema radica en la comprensión por las empresas de servicios, importadores, proyectistas, decisores de la importancia de entrar tecnologías con refrigerantes que no dañen la capa de Ozono y no provoquen cambio climático. Para su sensibilización, se imparten cursos a agentes aduaneros, importadores, proyectistas, empresas de servicio entre otras para que conozcan la ruta a seguir.

A su vez, la legislación cubana comprende acciones para contribuir a la protección de la capa de ozono

Cuba avanza también en la eliminación para el 2030 de todos los gases HCFC y elabora un plan a fin de hacer lo mismo con los clorofluorocarbonos, muy usados en la refrigeración, las espumas y los aerosoles.

Entre los resultados más importantes de Cuba se encuentra el cumplimiento de los compromisos de reducción de la importación y el consumo de SAO y el inicio en 2024 del control del consumo de los HFC acordados con el Protocolo de Montreal.

Se mantiene la eliminación total de los clorofluorocarbonos (CFC) en la refrigeración; del bromuro de metilo en la fumigación en la agricultura; del metilcloroformo en los laboratorios, el tetracloruro de carbono y los halones en la extinción de incendios.

Hasta el momento, más de 100 sustancias han sido eliminadas totalmente.